martes, 26 de octubre de 2010
Me encontraba sentada en un simple banco de parque, cuando percibí un olor que me era familiar. De repente entre en un estado de paralización y vi pasar por mi mente el dibujo de tu sonrisa. Pasaban nuestros momentos como una película por mi mente, mi piel se estremecía como cuando sentía el tacto de tus manos en mi cuerpo. Mis ojos se llenaban de lágrimas por la presencia del recuerdo y la melancolía, al momento moría cayendo en picado por mi rostro. Las piernas me temblaban, no paraban de pasar nuestros momentos y eso me provocaba dolor por el recuerdo pero a la vez felicidad. Al instante, esa película dejo de proyectarse en mi mente y volví a ver el verde del césped de ese parque. Desde ese día paso todas las tardes sentadas en ese banco, donde puedo ver mi película favorita gracias a ese aroma, que es nuestra vida.
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